lunes, 5 de marzo de 2018

ETA en la escuela (Archipiélago Orwell)

por Carlos Serra

El Mundo, 5 de marzo de 2018


De entre todos los jóvenes mallorquines ilustres de actualidad cuyas proyecciones profesionales y artísticas han trascendido nuestras fronteras nacionales, el director del IES Santa Margalida no encontró ningún candidato idóneo para dar una charla a sus estudiantes. Al parecer, la apología de la violencia maquillada de libertad de expresión no era la especialidad de ninguno de ellos.

     El candidato ideal para el director de instituto fue el desalmado oligofrénico José Miguel Arenas, protagonista de un edificante ejercicio de libertad de expresión ante la presencia de niños de 1º de la ESO (con apenas doce años cumplidos) que, sin consentimiento de los padres, fueron obligados a escuchar a un delincuente condenado por la Audiencia Nacional (condena ratificada meses después por el Tribunal Supremo) a tres años y medio de prisión por enaltecimiento del terrorismo, amenazas de muerte y humillación a las víctimas, entre otros delitos.
     El director del IES Santa Margalida se amparó en la libertad de expresión para excusar la presencia en el instituto del ahora doblemente condenado Valtonyc, al que se le permitió exhibir su desdén por las víctimas (de cuyo testimonio se privó al público cautivo al no ser invitadas a dar su versión) y al que calificó de valiente.
     Este obsceno espectáculo seduce a parte de un colectivo que asume la portavocía oficiosa de ETA en la medida en que está dispuesto a empatizar con proetarras antes que con las víctimas, convirtiendo las escuelas en clubes de alterne en los que prostituir la inocencia y los derechos de los alumnos.
     Dado que le preocupa la concienciación social, propongo al director del IES Santa Margalida que organice un taller de música para que los alumnos aprendan las canciones del rapero y puedan cantarlas en el festival de final de curso ante sus familias:
"quiero transmitir un mensaje de esperanza; ETA es una gran nación".
     También un taller de plástica donde los alumnos reproduzcan a escala real el zulo en el que Ortega Lara fue enterrado y atormentado durante 532 días. Le paso las medidas: 3 metros de largo por 2.5 de ancho y 1.80 de altura; un escenario perfecto para otro taller de teatro donde los alumnos interpreten el cautiverio del funcionario de prisiones, comiendo basura en una palangana con restos de sus propias heces, para regocijo de sus martirizadores, y Valtonyc de fondo musical:
"dicen que pronto se traspasa la cloaca de Ortega Lara (...) complejo de zulo mi casa a ver si un día secuestro alguno y le torturo (...)".
     La charla educativa se realizó en nombre de una escuela abierta, democrática y plural, léase, adoctrinadora, totalitaria y excluyente. Lo de la connivencia con un apologista del terrorismo etarra me figuro que es la consecuencia natural.